Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se constituyen como una “Guía para el Desarrollo Global” porque permiten el diseño e
implementación de estrategias innovadoras que se adaptan a un mundo de constantes cambios.
La igualdad de género es uno de los 17 objetivos propuestos
para el año 2030. Lograr
la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas debe entenderse no solo como un derecho fundamental para las mujeres, sino de la humanidad en general puesto que contribuye a la construcción de sociedades sostenibles.
El informe de las Naciones Unidas sobre el estado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha mostrado algunos avances en cuanto a la participación política de las mujeres, un incremento en el porcentaje de niñas escolarizadas y un descenso en el número de matrimonios precoces. También, refleja que existe un mayor número de mujeres en altos mandos y posiciones de liderazgo.
No obstante, existen aún muchas barreras para lograr la igualdad de género siendo las principales de naturaleza cultural tales como normas sociales y convencionales discriminatorias existentes, que regulan las conductas humanas, tienen un mayor arraigo en las zonas rurales y son transmitidas por la familia de generación en generación.
Sin embargo, estos aspectos culturales se han tenido presente a lo largo de los últimos años; lo que no se esperaba era un nuevo escenario mundial donde estas barreras se acrecentaran.
El 11 de marzo del 2020, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la
Organización Mundial de la Salud anunció que, lo que ha inicios de año se había
catalogado como una neumonía viral en Wuhan-China, tras la propagación,
gravedad y el elevado número de contagios en otros países del globo, se
caracterizaría a partir de ese momento como una pandemia, la
Covid-19.
Un nuevo panorama se ha creado para las mujeres tanto de las zonas rurales como urbanas. La condición de vivir en
una pandemia ha delegado la tarea de mantener un equilibrio adecuado entre
protección de la salud personal, de los miembros de la familia y comunitaria;
la interrupción y continuidad de las actividades económicas y sociales, así
como la garantía del respeto a los derechos humanos.
En
general, aceptar los cambios conlleva un proceso de adaptación y asimilación lo
que genera un alto grado de estrés, naturalmente, pero las mujeres deben
sumarle una carga adicional y no es más que la generada por las tareas en el
hogar. El trabajo no remunerado ha aumentado significativamente.
Fuente: PNUD LAC |
Las
mujeres deben encargarse de la limpieza de la vivienda, cuido personal,
preparación de los alimentos, cuido de los niños pequeños, familiares enfermos
y personas de la tercera edad, asistir a los niños en sus tareas escolares,
producir y preparar los alimentos, acarrear agua, leña, cuidar a los animales
de traspatio, entre otras actividades domésticas.
Si son
madres solteras, una preocupación adicional consiste en generar los ingresos
para subsistir en medio de las condiciones adversas generadas por la crisis. Es
decir, deben encontrar nuevas estrategias de vida que les garantice como
mínimo, la provisión de alimentos.
Por otro
lado, un aspecto mucho más preocupante es el incremento de la violencia física
y sexual. Según el portal de las Naciones Unidas, una de cada cinco mujeres y
niñas, incluido el 19% de las mujeres y las niñas de 15 a 49 años, han sufrido
violencia física y/o sexual por parte de una pareja íntima, durante los últimos
12 meses.
Y, ¿Qué ha pasado con la violencia hacia la mujer durante esta
pandemia?
Fuente: ONU |
¿Cuáles
serían las posibles soluciones?
Si son
hogares monoparentales, la jefa del hogar debe delegar en los niños algunas
responsabilidades relativas al trabajo de cuidado, sin afectar su recreación y
el tiempo designado para las actividades educativas en casa.
Desde un
ámbito social se deben increpar las actitudes machistas en los pueblos y en las
comunidades rurales e indígenas. Tales prácticas deben erradicarse desde su
origen, desde la construcción en el pensamiento humano para evitar su expansión
y la materialización en acciones que lesionan los derechos de las mujeres y las
niñas.
La tarea
es desmontar los prejuicios culturales que conllevan a la violencia y a todas
sus formas de manifestación, y continuar con los esfuerzos de empoderamiento de
la mujer eliminando los obstáculos e incrementando su voz y capacidad de
actuación.
Lismaryin Requene, julio
2020
Directora Rural Women
Comentarios