Las mujeres rurales hacen frente a una serie de limitaciones que generan grandes desventajas frente al empoderamiento social y la autonomía económica. Estas permiten el agrandamiento de la brecha de la desigualdad y la discriminación de género en la sociedad, invisibilizan el aporte de las mujeres rurales al desarrollo económico y en los espacios de toma de decisión.
Cuido de animales de traspatio, Paiwas, Nicaragua. |
Entre las
principales limitaciones se encuentran la baja escolaridad, el acceso a los
factores asociados a la producción y a otros recursos, la falta de infraestructuras
para el desarrollo de las actividades agropecuarias y el acceso a otros
servicios, así como el escaso acceso al extensionismo, capacitaciones y asistencia
técnica.
Por otro
lado, existen otros obstáculos que son resultado de una construcción social a
lo largo del tiempo como las barreras culturales y sociales. Las limitaciones
son abundantes y pueden variar dependiendo de la región geográfica. A nivel
latinoamericano se destacan las siguientes:
1. Baja escolaridad: En el medio rural, el número de mujeres con un nivel de escolarización básico es considerable. Pese a que la mayoría de ellas tiene acceso a la educación primaria y secundaria, no todas logran concluirla. Los motivos varían, van desde el abandono de los salones de clase por falta de motivación, recursos o tiempo hasta el traslado a otras comunidades o zonas de difícil acceso. La falta de educación genera consecuencias tales como: baja autoestima, falta de confianza en sí mismas, escasos deseos de superación y ausencia de autorrealización.
2. Escaso
acceso a la tierra y otros recursos naturales: Uno de los problemas principales de las mujeres
rurales es que no tienen acceso directo a la tierra y otros recursos naturales
tales como el agua, tanto para consumo como para producción. “El acceso a la
tierra es una de las barreras estructurales más determinantes para el
empoderamiento económico y social de las mujeres rurales” (FIDEG, 2016).
La tierra es una condición indispensable para el acceso a los créditos,
la asistencia técnica y principalmente para garantizar la producción de
alimentos y fuentes de ingreso en los hogares rurales. Es, además, un factor
asociado a aspectos culturales, tales como la identidad y la herencia cultural
para la supervivencia y la reproducción de la familia.
3. Dificultades
para obtener acceso a crédito:
puesto que la mayoría de las mujeres rurales no son dueñas de la tierra, ni de
otros medios para la producción tienen dificultad para acceder a los créditos y
obtener capital para invertir en innovaciones agrícolas. La negación al acceso
a la banca formal genera como consecuencia directa que recurran a otros medios
de obtención de capital como los préstamos a particulares, que ocasionan el
sobreendeudamiento y otras consecuencias financieras devastadoras, limitándoles
el crecimiento individual y económico.
4. Escaso
acceso a maquinaria y equipos: Al poseer una escasa rentabilidad económica, a las
mujeres se les dificulta la obtención de la maquinaria para la realización de
las tareas agrícolas y ganaderas, así como para la modernización de las mismas,
puesto que se requiere de fuertes inversiones a las que no tienen alcance.
5. Dificultad
para acceder al extensionismo, capacitación y asistencia técnica: el manejo de tecnologías y conocimientos específicos
se encuentran concentrados en manos de los hombres. Aunque en los últimos años,
los programas de capacitación y asistencia técnica tratan de ser inclusivos,
existe un porcentaje significativo de mujeres rurales que todavía no accede a
ellos.
6. Dificultad
para acceder al mercado laboral: al poseer una baja escolaridad y una escasa asistencia técnica, las
mujeres rurales se vuelven vulnerables a ser discriminadas en el mercado
laboral debido a su baja formación académica, presunción de futuros embarazos y
en algunos casos, por prejuicios estéticos. Ante tales circunstancias optan por
trabajos domésticos en otros hogares dentro de su comunidad, o trabajos
agrícolas con muy bajos salarios.
7. Daños
en la salud física y mental: Muchos
puestos de trabajo asalariado agrícola presentan condiciones precarias exponiéndolas
a deterioro físico, mental y vejez anticipada. La falta de prevención y control
de riesgos asociados al trabajo, uso de pesticidas y otros productos altamente
tóxicos inciden directamente en la salud.
8. Baja
participación social: Las
mujeres rurales tienen una participación débil en el ejercicio del poder.
Primero, debido a la falta de espacios para socialización y participación
dentro de la comunidad. Segundo, cuando se abren tales espacios, los puestos de
dirección y coordinación son asignados a
los hombres dejando a las mujeres con menos oportunidad de participación.
9. La
distribución de las tareas del hogar: Las mujeres realizan las actividades de reproducción
biológica y todas aquellas que son necesarias para garantizar el bienestar de
los miembros del hogar: la preparación de los alimentos, la limpieza dentro y
fuera del hogar, el cuido y educación de los menores de edad, el cuido de los
ancianos, el acarreo de agua y la leña, entre otras actividades. Las tareas del
hogar se consideran como funciones propias del género, un rol natural asignado
por el simple hecho de ser mujeres.
Tienen una multiplicidad de roles, además del trabajo productivo se
encargan del trabajo doméstico en los hogares y del trabajo comunitario. Este
rol multitareas provoca que realicen una mayor inversión de tiempo en la
consecución de sus tareas diarias y que el trabajo productivo se vea
invisibilizado y escasamente remunerado.
10. Ausencia de infraestructuras: Esta es una limitación a nivel comunitario porque tiende
al aislamiento de la comunidad e incide tanto en la vida del hombre como de la
mujer rural. Es un obstáculo para acceder a otros servicios como la educación,
la salud y afecta directamente en el desarrollo de las actividades agropecuarias
y comerciales y en las condiciones de vida de las mujeres rurales.
Desde un contexto global, en la última década se han
realizado esfuerzos para reducir las la desigualdad de género, la desigualdad
de oportunidades; pero aún existen grandes problemas sociales, económicos,
políticos y culturales que inciden directamente en la vida de las mujeres
rurales y que nos recuerdan a quienes abogamos por el empoderamiento social y
económico que aún hay mucho trabaja que realizar.
Lismaryin Requene, mayo 2020
Directora Rural Women
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